mazoşist kalp

Y mi corazón latió como un loco. Se movió de la manera en que no esperaba que lo hiciera. Me destruyó cada uno de los planes que tenía.

Lo robaste, te metiste en cada poro de mi piel y en cada fibra de mi cuerpo. Te escurriste en mis pensamientos como se escurre el agua entre las manos.

Las letras de tu nombre se volvieron parte de mis pensamientos, tu voz se convirtió en mi sonido favorito.

Me estoy arrepintiendo de esto, de ti, de mi, de lo que no puedo llamar «nosotros».

Se a vuelto una agonía el tener que mirarte, el tener que escucharte y el sentirte. Se que no puedo siquiera pensarlo pero, a veces desearía que tu mirada se encontrara con la mía, que fuera en mi en quien pensaras al instante que me besas.

Me rompe el corazón ver tu mirada brillar cuando hablas de ella. Me duele el corazón cuando tus manos tocan mi piel, y si, aunque no me lo digas, se que imaginas que yo soy ella.

Y me dan ganas de llorar, cuando me besas, cuando tus labios tocan los míos y sé que tu boca busca la de ella.

Hoy, aunque me esté muriendo, te miró y sonrió, porque se que así no te pierdo. Pero, me retracto, como voy a perder algo que ni siquiera fue mio.

Sin salida

Todo se volvió oscuro cuando su perfume se escurrió como un vil espía por mi nariz, cuando sus manos tocaron cada rincón de mi piel. No podría decir que me convertiré en un mártir, en un simple humano que vive de la monotonía. Me convirtieron en un robot, un ser sin la hermosa capacidad de sentir. Perdí los mejores años de mi vida llorando y sufriendo, hasta que termine seca, como una flor que intento sobrevivir a la mayor sequía con lo poco de agua que la sostiene, hasta que finalmente se muere.

Quisiera decir que las próximas líneas que escribiré, no son participes de mis días pero, sería como mentirme a mi misma. Se que estoy viva, lo puedo ver, lo puedo escuchar pero, ya no puedo sentirlo. Estoy en medio de un completo abismo que ni yo misma puedo entender.

No sé, si parezca que estoy perdiendo la cordura, día con día, dejando que mis sentimientos vayan desapareciendo, poco a poco, intentando encontrar excusas baratas a sentimientos que ya no existen. No hay felicidad, no hay sonrisas, no hay risas, solo pequeños instantes de lucidez donde puedo llorar, aunque sea en silencio, donde puedo gritar o enojarme, pero nada más.

Aveces, es como si no pudiera respirar, como si estuviera dentro de un extenso mar, donde me ahogo de apoco. Donde las piernas se me entumecen y las manos se me duermen, sintiendo de a poco mis propios pulmones se llenan de agua, ese líquido cristalino del cual también estamos compuestos en nuestra mayoría. Lo puedo sentir, es exactamente esa misma sensación que hay cuando algo se queda atorado en tu garganta, cuando te da un ataque de pánico.

Hay días en los que realmente me desconozco, me puedo sentir como una pequeña niña o como una maldita desconocida. No se que esta pasando, es extraño todo esto, es tan abrumador, que siento que me estoy haciendo tan hostil a mi misma.

Quisiera entender toda esta guerra, este maldito incendio dentro de mi que no me deja descansar. Me veo en el espejo y solo puedo maldecirme mentalmente, es un maldito dolor de cabeza que no me deja en paz. Cuando todo lo que desearía es volver a aquellos días en los que podía ser yo misma, en los que me sentía un verdadero ser humano.

No se cuanto tiempo a pasado desde la última vez que mi corazón, mi mente y mi cuerpo, estuvieron en perfecta sintonia. Es como si la melodía que recorría mi ser, se hubiese quedado incompleta.

Quizá me e convertido en un problema, uno qué tal vez no tenga solución. Los pensamientos han vuelto, están aquí desde el día en que me permití amar algo prohibido y tengo el corazón hecho pedazos.

Me desconozco, no se que está pasando, estoy perdida. Estoy cambiando y da miedo, está no soy yo. Permití que me rompieran y de esos pedazos, surgió algo que no conozco, algo que no soy yo.

Un corazón roto…

Es difícil sonar convincente cuando tienes los ojos llorosos, cuando el cuerpo te tiembla y el quebrar de tu corazón sucede. Es dificil olvidar y decir adiós, no quiero dejarte ir pero nuestro amor se fue. Me siento tan rota y sin poder decir lo siento, me dejas ahí, sintiendo nuestro amor morir.

No quiero que te vayas, no quiero que tus brazos me suelten, me siento tan sola cuando no estas. Nunca lo entendiste y mucho menos hice amago de decírtelo, mi balsa de salvación y lo que me hizo abrir mi corazón fuiste tu pero ahora, estas al otro lado, viéndome caer y no puedo creer que lo hiciste, me rompiste el corazón dejándome sin razón.

No puedo creer que te escuche decir que nuestro amor no era para siempre, rompiste nuestra promesas y con ello mi corazón. Eras mi héroe y te has convertido en el villano. No quiero siquiera pensar que esto fue obra del destino para decirme en la cara que nunca seré suficiente.

Me estoy rompiendo y no puedo creer que te estés yendo, te odio por eso.

Estas corriendo lejos con tal de no arrepentirte al verme caer. Me faltas y no lo entiendes, tus ojos no me buscaron más en los últimos meses y como idiota no lo vi. Tus brazos no querían sostenerme y como estúpida me negué a creer. Me di cuenta tarde de que me enamoré y como tonta me deje caer. Lo sé, una pérdida de tiempo, siempre fui un juego y nunca l o quise ver.

Te metiste en mi mente y jugaste con lo sabias a tu favor, lo sé, ahora puedo ver como fue que sucedió. Nuestro encuentro en aquel paseo no fue pura casualidad. Sabias que estaría ahí, como todos los fines de semana anteriores. Me conocías y yo no lo pude ver, te metiste en mi corazón y jugaste con el, me perdí en el calor de tu cuerpo, en las palabras bonitas, en los abrazos por las tardes y los regalos bonitos. Fui capaz de dejarte entrar donde nadie más debía de estar. Te di mi lista de debilidades en bandeja de plata y ahora pago las consecuencias.

Tengo ganas de gritarte, de decirte tantas cosas pero no poder hacerlo, me rompo cada vez que pienso en ti y en lo que no fuimos abieetamente. Mi mundo contigo era perfecto y tuviste que destrozarlo, acaso querías verme morir? Verme caer mientras yo te elegía como mi ángel favorito?

Recuerdo cuando todo estaba bien, no había llanto, me llamabas amor, me hacías sentir fuerte, ¿qué nos pasó?

Cada día intento entender que sucedió, loo que estuvo en mis manos para poderlo arreglar, aveces pienso que no es real y que cuando despierte estarás de nuevo esperándome en nuestro lugar favorito, con aquella sonrisa tan encantadora que me robo millones de suspiros. Prometiste que siempre sería tuya y tú serias mío, ¿qué fue lo que cambió?

No puedo parar de llorar mientras escucho mi corazón romperse una vez más, quisiera que lo escucharas y no olvidarás tu promesa de irte, todo lo que hiciste para parecer que estabamos bien, me mentiste cada día y no puedo soportarlo.

Avanzamos en la oscuridad y no se que fallo, tu me salvaste, fuiste mi todo y se acabó, quisiera beber mucho y olvidarlo. Tu sonrisa me persigue, como aquella tarde, quiero cerrar cada puerta de tu recuerdo. No puedo creer que ya no habrá un nosotros nunca más, que lo hemos dejado ir, quisiera estar ahí contigo pero me dejaste ir, me dejaste sin ti.

Despierto por las mañanas esperando que llegue tus mensajes, alentandome por la escuela o el trabajo, sentir tu cabeza sobre mi hombro en mis días libres, bajo nuestro árbol. Desearía volver a estar contigo, pero no es posible. Me mentiste cuando dijiste que lo nuestro era para toda la vida. Y me hace sentir tan miserable, que te entregue mi corazón sin miramientos. Te prometí jamás volver a llorar pero mira quien lo provocó. Te quiero dejar ir pero no se como hacerlo, te quiero mantener lejos pero mi mente no me lo permite y mi corazón solo te siente cada vez más.

Estoy sentada nuevamente en la oscuridad, esperando que vengas a mi, cuando se que no lo haras. Te extraño y te echo tanto de menos, me rompe cada vez mas. Me miro en el espejo y se que necesito que alguien me salve, me estoy rompiendo y ya no tengo esperanzas. Todas las puse sobre ti y mira como acabo. No quiero retroceder pero es lo que provocas te, te pediría que me ayudaras pero solo causaría mas dolor y no, no puedo llamarte nuevamente hogar cuando bajó tus brazos ya no puedo estar. Mis lágrimas caen mientras mi esperanza desaparece, mis pesadillas regresan y solo deseo morir, ven por mi, te lo ruego, regresa y dime que estaremos bien. Quiero gritar mientras espero, dentro de la oscuridad que regreses y arregles lo que has roto pero mi esperanza se va, no puedo seguir sin ti, ¿donde estás?…

Mi único deseo

Hemos llegado al final, estamos de frente, estas a punto de irte y lo sé, debo soltarte al fin. Mis lágrimas están a nada de correr por mi cara y aun así me dices que estoy perfecta. No sigas por favor, no soportaría escuchar una palabra más de tu boca.

Es de noche y bajo la lluvia dices que no te olvide, que mantenga en mi memoria todas las veces que estuviste a mi lado y prometiste hacerme feliz mientras sonreía. Dijiste que debía ser fuerte, que a pesar de que todo nuestro amor se esfumó, debía entenderlo. Intentó, pero duele y siento que algo se rompe, quisiera que no fuera real y me dieras otra oportunidad.

No puedo olvidarte, te has quedado en mi memoria, quiero regresar a nuestro lugar favorito donde te dije que parecías un ángel, donde todo fue mejor y me prometiste amarme hasta el final. Donde me llamaste amor por primera vez y me sostuviste entre tus brazos mientras lloraba.

Mírame, mírame ahora, perdida sin ti, ¿que hago de mi vida «perfecta» ahora sin tus promesas?, todas y cada una las rompiste, mentiroso.

¿Cómo pudiste mentirme así? Mientras yo te di mi corazón en la mano y te dedique hasta mi última sonrisa. No sé que hago ahora, pero te echo tanto de menos.

Aquella noche que me dejaste, no miraste atrás, ni por un segundo de tuviste tus pasos, si hubieras vuelto, si hubieras visto mis lágrimas rodar, una tras otra, mientras mi corazón se rompía, quizá, solo quizá hubieras entendido lo que yo te deseaba con la mirada. Quería escuchar de tu boca un «esto no es el final» pero no fue así.

Como me gusta vivir sufriendo, desearía no haberte dicho adiós, que no te hubieras ido, que no te hubieses despedido… Al final me hubiera gustado que te quedase, que regresaras…

Toda las cosas que hice para llamarte mío

Rompiste mi corazón cuando decidiste dar un paso atrás mientras aún sostenía tu mano entre las mías. Dijiste «tengo miedo, quiero ir a casa». Aun no entiendo todo lo que pasa por mi cabeza, solo desearía que esto no fuera un juego perdido.

Porque así fue al final, fuimos un juego, uno que ninguno de los dos supo jugar por no leer bien las reglas. Sólo quería que me amaras, ¿fue mucho acaso?

Ahora se que te e perdido, me e perdido, nos hemos perdido, en este gran tablero de juego. Tu eras el rey y yo un simple peon, y aunque no sabias las reglas, supiste como sacarme de ahí. Lo sé, fuiste mi mejor tiempo perdido.

Nuestro amor se fue, al menos el que tu juraste tener por mí. No sé que será de mi corazón de ahora en adelante, me perdí en tu amor, pasaste a mi lado los mejores momentos de mi vida pero al final, sólo lágrimas quedaron de lo que juraste serían sólo sonrisas.

Te entiendo y lo siento pero ahora se que debo intentar dejarte ir, al final del puente colgante de nuestro supuesto amor, no pude sostener tu mano con fuerza, no pude mantener unidos nuestros corazones y dejé ir tu amor.

Quisiera que te quedarás, que estuvieras en cada momento feliz que nos falta por vivir. Pero tu amor se fue. Lo sé, lo entiendo, ahora debo intentar dejarte ir y ser feliz, nuestro historia de amor no fue como esperaba.

Vaya historia de amor que hemos tenido, comenzando por el dolor mi corazón al no poderte llamar completamente mío, nuestro secreto. Nuestra historia de amor. Me lo dijiste «hay razones para volver pero no puede ser así, porque romper tu corazón»

No te escuche y camine por la vereda llena de espinas, no te escuche y quise mantenerte a mi lado cuando no podía ser así. Ahora es mi corazón el que sufre las consecuencias de mis malas decisiones. Lo rompiste.

No se que tengo que hacer ahora, de todas las cosas posibles por hacer, ya las e hecho todas y aun así… rompiste mi corazón.

Corazón corrompido…

Todo inicio en cosas pequeñas, casi efímeras, invisibles, fueron daños irreparables que nunca pude olvidar. Comenzó con mentiras, una tras otra y no pudimos detenernos, no supimos en que momento todo esto se convirtió en una bomba de tiempo. Me termine enamorando de ti, caí rendida a tus pies y como idiota te seguí el juego. Vaya moral que tenía, verdad? Falte a mi palabra apenas toque tu piel y tus manos viajaron por la mía, te deje explorar cada rincón de mi cuerpo y sin saberlo, te di permiso de excavar en mi cueva de sentimientos. Después de la primera noche, le siguió la segunda y después ya no pude negarme a estar entre tus brazos, me sentía tan viva contigo, tan capaz de hacer lo que fuera. Pero aún así, no tuve el valor para evitar lo inevitable, ya había pasado un tiempo desde la última vez que alguien me rompió el corazón, no quería entregarme de esa manera, pero ocurrió, te di lo último que quedaba de mi corazón y sin saberlo, fuiste rompiendolo cada vez más, en trozos tan pequeños que si me detuviera a recogerlos e unirlos de nuevo, seguro nunca terminaría.

Me prometí que no volvería a dejar que alguien fuera dueño de mi, ¡¿tan boba, cierto?! No vi las señales al tomarme de la mano, al acostumbrarme a tu calor, al escuchar tu corazón las veces que repose mi cabeza sobre tu pecho, se convirtió en mi sonido favorito, aparte de tu voz, aquel timbre que con solo escucharlo puede desestabilizar mi equilibrio. El perfume de tu cuerpo se convirtió en la fragancia que quería oler apenas fuera a despertar. Tus manos, se fueron convirtiendo en el lazo que deseaba al rededor de mi cuerpo en las días grises. Fui tan idiota, dejé que mis sentimientos se apoderaran de la situación y mira lo mal que terminó.

Ahora lo único que quiero es alejarme de ti, lo más que pueda. Irme a vivir muy lejos, donde no tenga, ni pueda pensarte. Donde tu presencia no represente un fallo en mi vida, tu cuerpo no me haga falta, tus caricias no sean necesarias, donde tus ojos no busquen los míos en la intimidad, donde mis sonrisas no sean tuyas, donde mi felicidad no tenga que depender de ti por completo.

Quiero comenzar de nuevo, en un lugar donde no tenga miedo a encontrarte de nuevo y tener que mirar a otro lado porque, al final de cuentas, me enamoré de alguien que no es ni jamás llegara a sentir lo mismo que mi corazón siente por ti. Empezar de cero, en un lugar donde mi corazón no se tenga que estrugar con saberte tan cerca pero tan lejos, donde no puedas tocar mi piel hasta hacerla estremecer. Quiero ser libre de ti, de este amor tan enfermizo que no me deja ni vivir.

Desearía al menos borrar tu recuerdo de mi memoria, no recordar nunca que coincidimos alguna vez en la vida y así poder darle paz a mi tan destruido corazón, darle la serenidad que siempre a anhelado. Ansío el día en que tu recuerdo sólo sea un borrón de luz en mis memorias, que seas tan lejano que no me tiemblen las manos, ni me vibre el corazón al intentar recordarte.

Solo eso deseo, que en los próximos mañanas, mi cuerpo, mi alma y mi corazón, se hayan alineado al grado de haberte borrado… De mi.

~ La muerte ~

Desde pequeños se nos ha hecho creer que es la villana del cuento, que por su aspecto negro debe ser siempre temida, que es enemiga de la vida y se lleva con ella todo aquello que este en su vía.

Se dice que sólo podemos verla una vez, al final de nuestra vida, cuando todo a terminado y es hora de seguirla.

Nunca se piensa en la muerte mientras vives hasta que pierdes a alguien cercano, a alguien que había llenado un lugar especial en la miseria de vida que llevas.

Se supone que sólo se tiene una muerte pero ¿acaso se puede morir en vida?, supongo yo que si, al menos así lo siento desde hace unos días hasta hoy. Me estoy muriendo, poco a poco, día tras día, entre pequeños lamentos me estoy deshaciendo, cayendo en un abismo que pocos entenderían.

Estoy muerta en vida y eso duele, es como vivir en una rueda constante que solo gira en cierta medida.

Me desmorono durante las noches, intentando esconder mi sufrimiento de día, haciendo creer a quienes me conocen que todo esta bien, porque nada debe conocer mi agonía, aquella que sólo la luna, mi almohada y yo, conocemos.

Vivo con la muerte, despertando con ella a mi lado, abrazada de ella al dormir, caminando de su huesuda mano al salir de casa, platicando con ella en las tardes de Soledad, vivo con ella, es mi fiel compañera y es extraño, como mi propia enemiga aveces me consuela.

La siento en el frío que me recorre de día, la sueño y la pienso, ella es mi amiga, ella soy yo, estoy muerta en vida y aún no lo sabía.

«¿Me extrañarías si un día me fuera?»

«¿Me extrañarías si un día me fuera?»

Fue la pregunta que hice una noche al único confidente que tuve, no sabía cuál había sido la finalidad de hacer aquel cuestionamiento.

Había sido de los peores días lluviosos en mi vida, quizá se me había escapado por la curiosidad de saber el ¿qué pensarían? Si un día simplemente desaparecía de su vida, como un Rayo caído del cielo en una noche de tormenta.

Las lágrimas me habían inundado el rostro y el dolor del corazón me aturdía hasta los tímpanos, la cabeza me explotaría en cualquier momento.

Tal vez, no lo sé todavía con exactitud, esa pregunta encerraba millones más y aún así, nadie se había dado a la tarea de darse cuenta.

Me fue extraño escuchar de tu boca un «tal vez» , quizá porque pensé que tú, al menos pensarías en mi.

Escuche mi corazón romperse y con ello, toda mi humanidad, me destruiste con dos simples palabras, vaya mierda de armas podrían ser las palabras hoy en día.

Yo si lo haría, al menos, a ti sí, no habría día en que yo te olvidara, tarde en que no te buscara o noche en que no te soñará.

Me mataste al responder una simple pregunta que había surgido en medio de mis crisis nocturnas, entre mis lagunas de felicidad, vaya que no me esperaba algo así de ti.

~ Insomnio ~

Vaya noche e tenido, son cerca de las 4:00 am y yo aún no e podido dormir aunque sea un poco. Quizá sea mi falta de sensibilidad últimamente, mi ausencia de sentimientos en los últimos días.

No entiendo que sucede, apenas hace unos ayeres sentía el latir de mi corazón desenfrenado lleno de amor por alguien y hoy… no se a donde han ido mis sentimientos.

No e pegado un solo ojo durante esta noche, no sé que me a pasado el día de hoy, no sé realmente que me sucede y eso me asusta en desmedida.

Ya e hecho lo que no debo incluso para intentar dormir, y no puedo!

Esto es un insulto! No solo a mi misma, si no a quienes me rodean, ellos no tienen la culpa de tener que escucharme mientras intento conciliar el sueño esta madrugada tan desolada.

Pensé que sería el estres pero, desgraciadamente no es así, no e tenido de esos episodios que incluyen ataques de ansiedad.

No, esto no es estres. Quizá, solo quizá, sea mi propia mente y mi corazón dándome esa mala jugada que suelen hacerme cada año o cada mes, sí! Esa debe ser la razón.

No puedo evitarlo, no es como que quisiera hacerlo. Total, se que al final pasará y volveré a la monotonía de siempre.

Ah, la bendita monotonía que me rodea, esa que me mantiene cuerda y viva constantemente. Aquella que me hace olvidar y evita que estas cosas pasen tan seguido.

Pero siempre tiene que existir, aunque sea una semana en que todo explote realmente dentro de mi, que me quite el sueño y que me aviente de nuevo esos malditos recuerdos, todos y cada uno sin la mínima intención de tener piedad de mi.

Esas memorias que yo hago el afán de enterrar en lo más profundo de mi memoria para no sufrir, pero estas regresan, son cómo un mosquito, sin importar cuántas veces los espantes, estos regresarán en busca de más con la única intención de obtener algo de mi. Mis memorias, a diferencia de los mosquitos, prefieren mi sufrimiento.

Maldigo la hora en que todo sucedió así, en ello tuve algo de culpa pero nunca imaginé que intentar retenerlos, me causaría un estrago tan grande en mi propio ser.

Estoy aquí, como cada año, o cada cuantos meses, sufriendo de insomnio nuevamente, con las constantes pinchazos en mi cabeza, aquellos que rebuscan en mi mente mis más oscuros recuerdos y los extraen para causarme dolor.

Esto fue lo que me llevó a aquellas situaciones hace ya 5 años atrás.

Aún recuerdo los gritos, el llanto, la sangre, las noches en vela, la culpa, la molestia, el ardor, el dolor, lo recuerdo todo y es como revivirlo nuevamente.

Eso es lo más horrible y espantoso de esto, los sentimientos de aquellos días, las sensaciones, TODO!, no hay nada que no vuelva a mi, nada que no me pueda quitar el sueño nuevamente.

A veces me cansa, me debilita emocionalmente y sucede esto, este vacío emocional y sentimental que ocurre en mi. Pierdo el sentido de todo, incluyendo las ganas. Me pierdo y es cuando ocurre el insomnio, cuando más pienso en que podré descansar y huir de todo esto, llega la noche con mi falta de sueño, entonces me asalta todo esto

Lo peor, es que al final, no hay nada, no hay nadie, no puedo llorar, no puedo hacer nada más que sentir mi propio dolor, evito que alguien me haga dormir después de rememorar todo eso, no saben las pesadillas tan espantosas que producen, las alucinaciones y las cosas que me pasan por la cabeza.

Me convierto en otra persona, una incapaz de sentir, de dormir, de disfrutar, soy como un muerto en vida, intentando expresar cosas que no puedo.

~ Ansiedad ~

Poco a poco los años han ido pasando, uno más rápido que otro y quizá no de la forma que había previsto. De a ratos siento que el sentimiento me consume, de la forma más desgarradora posible.

Entonces la vida da nuevamente esa vuelta y con ella vuelve el miedo, ese miedo que te carcome cada día por dentro, ese miedo que te corrompe y te hace débil, aquel miedo que traspasa las barreras del valor.

Toda la historia vuelve a repetirse y vuelves a tener miedo, un tan arrollador que te deja en el suelo sin poder moverte, mientras te abrazas a tus piernas y lloras desconsoladamente sin nadie que pueda ayudarte.

Porque si, si existe ese miedo, ese que es tan doloroso, que te rasga el corazón con cada día que pasa. Es ese sentimiento de terror porque sabes que a lo que te aferras a veces no es en sí una tabla de salvación, si no, más bien un bote con un agujero sin fin.

Y lloras, te rompes en mil pedazos sin saber de dónde sostenerte. Dejas que te consuma el terror, el dolor , la tristeza de pensar que lo perderás todo cuando la vuelta de 365 días termine de darse.

Dejas de vivir, el corazón explota, como cuando con una aguja con el filo más fino revientas un globo y truena.

Truena como en ese momento en el que caes al suelo desde una altura muy grande y te rompes los huesos.

Es ese instante en el que todo se pone negro, el corazón deja de sentir, tu mente deja de volar, tus piernas dejan de correr, tus manos dejan de tocar, tus ojos ya no ven, tus oídos no vuelven a oír, tu nariz ya no percibe olor y tu boca, no vuelve a abrirse más porque en el momento en el que miedo te ataca, te quita las ganas de todo, de reír, de llorar, de enfadarte, de correr, de disfrutar, de soñar pero sobre todo de amar.

El miedo que todos tenemos a salir heridos es aquel que hace a nuestra mente crear una barrera contra todos, tratando de evitar que otra persona venga a romperte más porque sabes lo que se siente cuando te decepcionan, sabes lo que el corazón se rompe en el momento en el que pronuncian solo 4 palabras, es en ese instante en el que el miedo te consume y te hunde en la obscuridad.

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar